A través del proceso de electrólisis o activación electroquímica, el agua salada se transforma en ácido hipocloroso, un desinfectante de alta efectividad bactericida, virucida y fungicida (aproximadamente 10 veces más fuerte que el dióxido de cloro), no es corrosivo, no irritante ni dañino.
El ingrediente activo en la solución resultante es el ácido hipocloroso (HOCI), un ácido de origen natural, este es generado también por el cuerpo humano para la lucha contra las infecciones. Este actúa contra patógenos a través de un proceso llamado fagocitosis. Básicamente, la membrana celular estalla y destruye el ADN, por lo tanto el virus o las bacterias no generan mutaciones ni crecimiento.